Lara Gil iglesias
Sin darnos casi ni cuenta llegamos al final de estas fiestas navideñas con un dulce sabor a Roscón de Reyes.
La noche del 5 de enero es la noche más mágica del año para todos los niños y niñas, quienes esperan nerviosos la llegada de los Reyes Magos cargados con sus regalos. Melchor, Gaspar y Baltasar trabajan duro toda la noche repartiendo felicidad en todas las casas y es la mañana del 6 de enero la que amanece llena de ilusión y alegría al encontrar junto al árbol de Navidad todos esos regalos.
Para celebrar la llegada de los Reyes Magos es típico desayunar Roscón de Reyes con chocolate caliente, tradición que se remonta a tiempos romanos con motivo de celebrar el fin del solsticio de invierno.
Su principal característica en España, es la de contener una sorpresa y un haba en su interior. La sorpresa convierte en rey por un día a quien la encuentra y el haba señala a quien debe pagarlo o comprarlo el próximo año.
Los ingredientes que se utilizan para su elaboración son huevos, mantequilla, harina y azúcar, además se le suele añadir agua de azahar, frutas escarchadas y láminas de almendras para decorar. El roscón tradicional no lleva relleno pero con el paso del tiempo ha aparecido distintas variedades con rellenos como nata, crema, chocolate o trufa.
A nivel nutricional, el Roscón de Reyes sin relleno es un postre calórico con un alto contenido en hidratos de carbono simples, por lo que aumentarán nuestros niveles de glucosa de manera rápida y el contenido en grasas es menor al de otros productos de bollería. Sin embargo, al añadir el relleno el valor nutricional aumentará.
Os aconsejamos que puestos a comprar un Roscón de Reyes lo hagáis en las pastelerías ya que en su mayoría son de elaboración artesanal y no en los supermercados donde son procesados con mayores aditivos e ingredientes de peor calidad.
Si os animáis lo mejor es que lo hagáis vosotros mismos con ayuda de esta receta que hace nuestra Cocinillas Belén y de los más pequeños de la casa, así que… ¡manos a la masa!
Ingredientes
- 40g de almendras crudas laminadas
- 50g de azúcar moreno, panela o xilitol
- La piel de un limón
- La piel de una naranja
- 120g de leche entera
- 30g de levadura fresca
- 4 huevos
- 500g de harina de fuerza
- 1 pellizco de sal
- 60g de mantequilla
Preparación
Trituramos la piel de naranja y el limón con un robot de cocina o bien con el brazo batidor. Añadimos el azúcar a las pieles de los cítricos triturados y lo mezclamos. Desleímos la levadura en la leche a temperatura ambiente, desmenuzándola, removiendo y dejando reposar 15 minutos.
Ponemos en un bol la mezcla de las pieles de cítricos con el azúcar, la mezcla de la leche y la levadura, 30g de almendras crudas laminadas, 3 huevos, la harina y la sal, y lo batimos hasta que quede una mezcla homogénea.
Amasamos la mezcla hasta que quede consistente y elástica.
Cortamos la mantequilla a dados, y se la vamos añadiendo a la masa, sin dejar de amasar.
Ponemos la bola de masa en un recipiente, tapada con un trapo limpio, y la dejamos reposar una hora en un sitio cálido.
Espolvoreamos la superficie de trabajo con harina, y colocamos la bola de masa. La dividimos en tres, y de cada bola, hacemos un cilindro de unos 80-85cm. En uno de los cilindros introducimos el haba, y en otro, la figura del rey mago. Colocamos los tres cilindros alineados, juntamos uno de los extremos, y hacemos una trenza. Cuando tenemos las tres unidades de masa trenzadas, les damos forma de roscón. Pintamos la superficie con huevo batido. Lo ponemos en una bandeja de horno forrada con papel de hornear. Lo tapamos con el trapo limpio, y lo dejamos reposar una hora más.
Transcurrido este tiempo, lo volvemos a pintar con huevo batido y espolvoreamos el resto de las almendras laminadas por encima.
Precalentamos el horno a 200º, calor arriba y abajo.
Horneamos 10 minutos a 200º, y después 20 minutos a 180º.
Listo, el olor que os quedará por toda la casa es una delicia…
No sé qué tendrá el Roscón de Reyes que nadie lo perdona y además me atrevería a decir que estáis todos salivando desde que leísteis el título. Por eso debemos tener en cuenta que aunque es de los dulces navideños menos calóricos, su consumo no debe ser excesivo.