Celiaquía

Lara Gil Iglesias

¿Qué es la celiaquía?

La celiaquía es una enfermedad autoinmune causada por una intolerancia permanente al gluten, contenido en los cereales de secano, fundamentalmente el trigo, la cebada, el centeno y la avena, o cualquiera de sus variedades como la espelta, la escanda, el kamut y el triticale.

Se caracteriza por una reacción inflamatoria crónica en la mucosa del intestino delgado o yeyuno que dificulta la absorción de macro y micronutrientes. Esto conlleva una serie de patologías asociadas al sistema digestivo además de los trastornos causados en otros órganos como dientes, páncreas, hígado y tiroides.

El diagnóstico de la enfermedad se inicia mediante un examen clínico cuidadoso y una analítica de sangre, que incluya los marcadores serológicos de la enfermedad celíaca (anticuerpos antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular). Para un diagnóstico certero es imprescindible realizar una biopsia intestinal (extracción de una muestra de tejido del intestino delgado superior para ver si está o no dañado) antes de retirar el gluten de la dieta.

Síntomas

Los síntomas más frecuentes son: pérdida de peso, inapetencia, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, retraso del crecimiento, alteraciones del carácter (irritabilidad, apatía, introversión, depresión, tristeza), dolores abdominales, meteorismo, anemia por déficit de hierro resistentes a tratamiento, osteoporosis y colon irritable entre otros.

Se pueden distinguir según la etapa:

Infancia: Diarreas fétidas, abundantes y gaseosas, astenia, introversión, dependencia, leucopenia, cuagulopatías, trombocitosis, defectos del esmalte dental, retraso pondoestatural, dislexia, autismo, hiperactividad.

Adolescente: Diarrea malabsortiva, anemia ferropénica, estreñimiento, hepatitis, dermatitis atópica, cefaleas, epilepsia, retraso puberal, artritis crónica juvenil. En las chicas también menarquía tardía.

Adulto: Diarrea malabsortiva, depresión, inapetencia, dermatitis herpetiforme, osteoporosis, colon irritable, neuropatías periféricas, cáncer digestivo, hipertransaminemia. En las mujeres también abortos, infertilidad, menopausia precoz.

Sin embargo, tanto en el niño como en el adulto, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando el diagnóstico.

Tratamiento:

Su tratamiento consiste en el seguimiento de una dieta estricta de gluten durante toda la vida, consiguiendo una normalización clínica y funcional de la mucosa intestinal, así como la reparación de la lesión vellositaria y desaparición de los síntomas.

Esta dieta debe basarse en alimentos naturales y frescos como leche, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, legumbres y cereales como maíz, arroz, mijo y sorgo, combinándolos entre sí de forma variada y equilibrada.

La ingestión de pequeñas cantidades de gluten, de una manera continuada, puede causar trastornos importantes y no deseables.

Estad muy atentos porque próximamente os contaremos qué alimentos debéis evitar y las precauciones que debéis seguir en la manipulación de éstos.

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