Lara Gil Iglesias
La pasta se hace con una masa cuyo ingrediente básico es la harina de trigo (obtenida del endospermo, parte del grano del cereal rico en almidón y gluten), mezclada con agua, y a la cual se puede añadir sal, huevo u otros ingredientes. Puede ser fresca (alto contenido en agua) o seca (desecada) y de diferentes formas y tamaños.
Es una fuente muy importante de hidratos de carbono, en concreto almidón. La proteína más importante de la pasta es el gluten que le confiere su elasticidad típica pero es deficitaria en lisina, aminoácido esencial. El contenido en grasa es muy bajo y el de fibra es variable en función del tipo de harina utilizada. Contiene escaso aporte de vitaminas y minerales por eso se recomienda cocinarla junto con verduras para enriquecerla.
La pasta contiene gluten, por lo que su consumo está totalmente contraindicado para celiacos o intolerantes al gluten, salvo aquellas variedades elaboradas expresamente sin él. Asimismo, se ha de vigilar la composición de las pastas alimenticias, ya que pueden contener huevo entre sus ingredientes impidiendo su consumo aquellos alérgicos a este alimento.
Ingredientes:
(Para 2 personas)
- Pasta (lacitos) entre 150 y 175g en seco
- 1 Cebolla
- 1 Pimiento rojo
- 1 Pimiento verde
- 1 Calabacín
- 2 Zanahorias
- 1 Ajo
- Aceite de oliva
- Pimienta negra o guindilla
- Sal
Preparación:
Ponemos a cocer en una olla agua con un poco de sal (no añadimos aceite para, posteriormente, aumentar el sabor de la guarnición). Cuando rompa a hervir añadimos la pasta y removemos, dejamos cocinar lo indicado por el fabricante.
Lavamos y cortamos la verdura en trozos medianos. Ponemos aceite en una sartén y añadimos la verdura, cocinándola a fuego medio-fuerte y removiendo constantemente para que no se pegue. El objetivo es que la verdura se quede al dente, por eso la sal y la pimienta negra se la añadiremos cuando ya esté un poco doradita.
Escurrimos la pasta cocida y la rehogamos junto con la verdura salteada unos 3 últimos minutos. Y voilà! un plato delicioso!
Un consejo: Cocer la pasta siempre al dente (blanda por fuera pero con una pequeña capa interna sin cocinar completamente). Esto no influye en el contenido de calorías sino en el índice glucémico. Es decir, independientemente de que cuezas mas o menos la pasta, SIEMPRE estarás consumiendo el mismo número de calorías, por tanto el motivo de este consejo no es porque engorda menos.
El índice glucémico, contado de manera rápida, es la medida de la velocidad de asimilación de los hidratos de carbono de un alimento. Los alimentos de bajo índice glucémico (asimilación por el organismo lenta) son más recomendables porque mantienen la glucemia estable durante mayor tiempo sin producir picos. Al asimilarse de forma progresiva mantiene tu saciedad durante más tiempo evitando que picotees entre horas.
Si cueces la pasta demasiado estarás aumentando su índice glucémico, por lo que la asimilación en el organismo será más rápida produciendo picos de glucémia y disminuyendo tu saciedad (tendrás hambre más rápidamente).