Carmen Raya Saavedra
Me encanta la fruta en general, pero una de mis favoritas sin duda son los higos. Lástima que su temporada sea tan corta!
Su sabor dulce combina de maravilla con el amargo de la rúcula.
Los higos no tienen un alto contenido en proteínas, pero nos aportan todos los aminoácidos esenciales.
Como casi todas las frutas, nos aportan una gran cantidad de fibra de forma que son muy saciantes y favorecen el tránsito intestinal, evitando el estreñimiento.
Respecto al contenido en vitaminas y minerales destaca su contenido en provitamina A, vitaminas C, B1, B6, niacina, calcio, fósforo y magnesio.
Ingredientes:
(para 2 personas)
- 80g de rúcula
- 4 higos
- 30g de queso curado
Para el aliño:
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de salsa de soja
- 1 cucharadita de puré de umeboshi (opcional)
- 1 cucharaditas de miel
Preparación:
Primero preparamos el aliño mezclando en un vasito las 2 cucharadas de aceite junto con la cucharada de salsa de soja, el puré de umeboshi y la miel. Reservamos.
Lavamos bien la rúcula y los higos, colocamos la rúcula sobre el plato, cortamos los higos a rodajas (no es necesario pelarlos) y los colocamos sobre la rúcula. Cortamos el queso en láminas finas y los añadimos al plato. Aliñamos.