Belén Gil
Hacer la pizza en casa y después compartirla con tus seres más queridos es uno de los placeres de la vida! En esta receta vamos a usar harina de espelta para la masa, ya que es mucho más digestiva que la de trigo común y queda más fina, aún siendo integral. Usaremos nuestra salsa de tomate casera que nos aportará un sabor inconfundible, junto con el calabacín. Una de las propiedades del calabacín, es su contenido en mucílagos, los cuales ayudan a suavizar nuestro tracto digestivo por sus propiedades emolientes. Es, además, una buena fuente de potasio, mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso. Como los ingredientes son muy básicos, podéis jugar con el queso que más os guste. Aquí hemos puesto un Grana Padano, por el sabor que le da.
Ingredientes:
- 30gr de aceite de oliva extra virgen
- 220ml de agua a temperatura ambiente
- 20gr de levadura fresca
- 400gr de harina de espelta integral
- sal
- orégano
- 50ml de salsa de tomate casera
- 1 calabacín
- queso Grana Padano en lascas
Preparación:
Ponemos en un bol el agua templada y desmenuzamos la levadura, removiendo hasta que quede desleída. Añadimos a continuación el aceite de oliva, la sal, el orégano y la harina. Lo ligamos todo bien y lo amasamos hasta obtener una masa de consistencia elástica. Si tenéis Thermomix: función amasado durante 2 minutos. Formamos una bola y la metemos en un bol engrasado con un poco de aceite de oliva. Lo cubrimos con un trapo limpio y lo dejamos reposar en un sitio cálido, hasta que doble su tamaño -aproximadamente una hora-. Una vez transcurrido este tiempo, amasamos la bola con un rodillo de madera y la espolvoreamos con harina, para que sea más fácil de manejar. La pintamos con la salsa de tomate y ponemos por encima trocitos de calabacín al gusto, Espolvoreamos con las lascas de Grana Padano y al horno, que habremos calentado previamente a 220º. Calor arriba y abajo durante 15 minutos. La sacamos y la servimos inmediatamente. Si la habéis hecho para invitados, volverán seguro!