Lara Gil Iglesias
¿A quién no le apetece una rica pizza casera? Pues…pon atención y un poquito de imaginación que vais a querer repetir.
Antes de empezar a imaginar toca poner las manos en la mesa y preparar la base de pizza casera, que es lo ideal tanto a nivel nutricional como de calidad.
Otra opción para esos días que no te apetece nada ponerte a amasar o que tienes invitados de última hora es comprar la base refrigerada o congelada. Pero ¡OJO! no vale cualquier base de pizza, debes mirar bien los ingredientes de ésta y asegurarte que los ingredientes utilizados son de buena calidad, es decir, debe contener harina (del grano que prefieras – trigo, espelta, centeno…), agua, aceite de OLIVA (este dato sí es importante), levadura y sal.
Además haremos una pizza de aprovechamiento ya que vamos a utilizar las sobras del pollo asado que comimos el día anterior.
Ingredientes:
- Base de pizza casera
- Salsa de tomate
- Queso de cabra
- Pollo asado
- Cebolla
- Champiñones
- Especias al gusto
Preparación:
Precalentamos el horno a 220º, calor arriba y abajo.
Extendemos la masa sobre una superficie enharinada y añadimos por encima la salsa de tomate. En este momento es cuando yo añado las especias que más me gustan (ajo en polvo, pimienta negra, orégano…) y coloca por encima rodajas de queso de cabra.
Corta en rodajas la cebolla y en trozos pequeños los champiñones previamente lavados y añádelos a la pizza junto con trozos de pollo asado desmenuzado.
Por último horneamos a 200ºC durante 15 minutos.